sábado, 23 de mayo de 2015

LEYENDAS

LEYENDA DE LA HISTORIA DEL CAFÉ






La historia del café en Gramalote se remonta a mediados del siglo XIX donde ya se encontraban los primeros sembrados en el Orinoco, cultivos que tuvieron un fin comercial; se inició este proceso en las faldas de los cerros como lugares apropiados para establecer dicho producto específicamente en la finca Piedras de Moler ubicada a costado oriental de la Calderera, donde se establecieron los primeros cultivos con una intensión comercial. Dicho grano  era utilizado para producir bebida y era considerado como un atractivo para los extranjeros a finales de siglo y que luego tuvo su expansión hacia Europa. Las proximidades de estas tierras al rio Zulia, permitieron ser una vía de fácil acceso y económica para que el producto fuese desplazado hasta el lago de Maracaibo. 
  

En principio estos territorios tuvieron una ventaja considerable por su ubicación frente a las tierras Antioqueñas, debido que en las provincias se  hacían largas jornadas de carga hasta el rio Magdalena, lo cual incrementaban los costos de exportación del grano constituyéndose así en una desventajas para estos pobladores. 


Hasta finales del siglo XIX, Antioquia tomo la delantera en la producción al construirse el ferrocarril de  Antioquia y el cable Aéreo de Manizales que permitieron sacar de manera económica la producción al río Magdalena.
 

  

                                                                                   
                                                                                                                                    Ferrocarril De Antioquia


También en esa misma época los cerros empezaban a cambiar rápidamente de nombres el Borbón (hoy Jácome), el Perú (hoy Boyacá), la Corcova (hoy Lourdes) tumbaban sus montañas y se cubrían de cafetales; se propagó el café de tal manera que para 1890 el cura Raimundo Ordóñez estima la producción en nueve mil cargas de café, lo cual hace suponer una extensión superior a 3000 hectáreas en cafetales




Los colonos tumbaban la montaña, el caracolí y la ceiba tronaba entre los cerros cuando se desenterraban de su altura y pulverizaban la demás vegetación; los enormes troncos se cortaban a punta de hacha. Tumbado el bosque se quemaban los residuos, después se sembraba la huerta, cuando ésta estaba bien establecida, se sembraba el café; se arrancaba las chapolas de lotes ya establecidos, con chuzos, se ahoyaba la tierra para poner la raíz de la planta de café, de esta manera rustica se plagaron los cerros de cafetales; el sombrío era producto de la regeneración natural, los obreros que desyerbaban el café eran previamente advertidos para que dejaran algunas especies como el ceibo, el cedro, el pardillo, el caracolí que nacían de manera espontánea.

Bajo el ceibo se daban las mejores cosechas, fue tal la armonía entre las dos especies (café y ceibo) que cuando los ceibos se incendiaban en su flor, el patrón enviaba obreros a estos lotes porque muy seguro el grano de café estaba maduro.  


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