La historia del café en
Gramalote se remonta a mediados del siglo XIX donde ya se encontraban los
primeros sembrados en el Orinoco, cultivos que tuvieron un fin comercial; se
inició este proceso en las faldas de los cerros como lugares apropiados para
establecer dicho producto específicamente en la finca Piedras de Moler ubicada
a costado oriental de la Calderera, donde se establecieron los primeros
cultivos con una intensión comercial. Dicho grano era utilizado para producir bebida y era
considerado como un atractivo para los extranjeros a finales de siglo y que
luego tuvo su expansión hacia Europa. Las proximidades de estas tierras al rio
Zulia, permitieron ser una vía de fácil acceso y económica para que el producto
fuese desplazado hasta el lago de Maracaibo.
En principio estos territorios tuvieron una ventaja
considerable por su ubicación frente a las tierras Antioqueñas, debido que en
las provincias se hacían largas jornadas
de carga hasta el rio Magdalena, lo cual incrementaban los costos de
exportación del grano constituyéndose así en una desventajas para estos
pobladores.
Hasta finales del siglo XIX, Antioquia tomo la delantera
en la producción al construirse el ferrocarril de Antioquia y el cable Aéreo de Manizales que
permitieron sacar de manera económica la producción al río Magdalena.
Ferrocarril De Antioquia
También en esa misma época los cerros empezaban
a cambiar rápidamente de nombres el Borbón (hoy Jácome), el Perú (hoy Boyacá),
la Corcova (hoy Lourdes) tumbaban sus montañas y se cubrían de cafetales; se
propagó el café de tal manera que para 1890 el cura Raimundo Ordóñez estima la
producción en nueve mil cargas de café, lo cual hace suponer una extensión
superior a 3000 hectáreas en cafetales
Los colonos tumbaban la
montaña, el caracolí y la ceiba tronaba entre los cerros cuando se desenterraban
de su altura y pulverizaban la demás vegetación; los enormes troncos se cortaban
a punta de hacha. Tumbado el bosque se quemaban los residuos, después se
sembraba la huerta, cuando ésta estaba bien establecida, se sembraba el café;
se arrancaba las chapolas de lotes ya establecidos, con chuzos, se ahoyaba la
tierra para poner la raíz de la planta de café, de esta manera rustica se
plagaron los cerros de cafetales; el sombrío era producto de la regeneración
natural, los obreros que desyerbaban el café eran previamente advertidos para
que dejaran algunas especies como el ceibo, el cedro, el pardillo, el caracolí
que nacían de manera espontánea.
Bajo el ceibo se daban las
mejores cosechas, fue tal la armonía entre las dos especies (café y ceibo) que
cuando los ceibos se incendiaban en su flor, el patrón enviaba obreros a estos
lotes porque muy seguro el grano de café estaba maduro.
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